jueves, 16 de octubre de 2014

Fragmentario (XVII)


DGD: Textiles-Serie roja 11 (clonografía), 2008

Elocuencia

El modo en que hablas de las cosas. El modo en que las cosas hablan de ti. Nunca creí que el amor sería tan elocuente.

*

Parpadeo

Navegando en tus párpados
Entre relámpagos del parpadeo
Voy de la cima a la sima
En el oleaje de tu mirada

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Del todo

Tal vez si pudiera estar contigo del todo no estaría más contigo de lo que ya estoy contigo sin estar contigo del todo.

*

Magdaleniana

Música de la magdalena mojada en té. Viajo por tus pestañas, una a una, en arpegio.

*

Nocturno de tus labios

En esas partituras musicales trasladadas al sistema Braille, el dedo recorre las notas como un orografía sonora, y canta... Así la punta de mi lengua va por las cadenas montañosas de tus labios, de valle a cúspide, de grieta en montículo, de nocturno en sonata.

*

Forja del cuerpo


El presente es antiquísimo, porque todo cuanto ha existido ha sido presente.
Bernardo Soares (Fernando Pessoa)



Todo ese movimiento, toda esa quietud alternándose en el rostro de un durmiente... De día el rostro es como la superficie de un lago que refleja las corrientes exteriores: el viento, la luz, el tiempo... De noche son las corrientes interiores las que conmueven y aquietan al mismo lienzo sensible. Cuánta expresividad. Horno adentro, horno afuera. Basta aproximarse al cuerpo amado en desnudez y percibir muy de cerca. Y ver a ese cuerpo danzar en el sueño hasta que vuelve a quedar sin movimiento, que es cuando más vertiginosos son los sueños. La única diferencia entre día y noche es la dirección de lo que busca expresarse: la procedencia, la recepción, la respuesta. Todo eso que viaja inimaginables distancias, de un lado o del otro, hasta llegar a la piel. Forja del cuerpo, desde lo sucesivo, desde lo simultáneo.

*

[Leer Fragmentario XVIII.]


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